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La crisis energética dispara la demanda de la tarifa regulada de gas y tensiona los precios en las gasolineras

La escalada de precios en los mercados energéticos internacionales está teniendo un impacto directo en los consumidores. En España, se ha desatado una avalancha de solicitudes para acogerse a la tarifa regulada de gas natural (TUR), considerada la opción más económica, mientras que al otro lado del Atlántico, el precio de la gasolina alcanza máximos no vistos en meses, reflejando la volatilidad del mercado del crudo.

El colapso de las comercializadoras por la tarifa regulada

Durante meses, organizaciones de consumidores como la OCU y Facua han insistido en que la Tarifa de Último Recurso (TUR) de gas natural, cuyo precio fija el Gobierno, es la alternativa más barata frente a las ofertas del mercado libre. Sin embargo, ha sido el anuncio de una nueva TUR específica para las comunidades de vecinos lo que ha provocado una reacción masiva de los usuarios.

Este hecho ha desencadenado un colapso en los servicios de atención al cliente de las cuatro comercializadoras autorizadas para ofrecer esta tarifa. Las líneas telefónicas de compañías como Gas & Power (Naturgy) y Curenergía (Iberdrola) han registrado esperas de más de quince minutos, mientras que las páginas web, como la de Energía XXI (Endesa), han sufrido problemas de acceso ante la ingente cantidad de solicitudes. Las empresas admiten que la demanda de información y contratación se ha disparado, superando por completo su capacidad de gestión habitual y afectando a la calidad del servicio.

Acusaciones de obstaculizar el cambio a la tarifa TUR

La situación ha llevado a que algunas asociaciones de consumidores denuncien lo que consideran trabas por parte de las grandes energéticas. Rubén Sánchez, portavoz de Facua, señala que “el Gobierno ha recomendado en reiteradas ocasiones esta tarifa, pero ha sido la aprobación de una TUR para las comunidades de vecinos lo que ha convencido a muchos de que es la opción más barata, y eso no interesa a las grandes compañías”.

En este contexto, Facua ha acusado directamente a Naturgy de dificultar la contratación de la tarifa regulada al eliminar el formulario de alta online, dejando el teléfono como única vía de contacto. Aunque esta práctica no es ilegal, en la práctica obliga a los usuarios a enfrentarse a la saturación de las líneas telefónicas. La compañía, por su parte, lo ha atribuido a un “problema técnico” que está en vías de solución.

Un reflejo de la tensión en los mercados globales de energía

La situación en España es un síntoma de un fenómeno global: la inestabilidad de los precios de la energía. Esta misma tensión se observa en el mercado de los combustibles para automoción. En Estados Unidos, el precio de la gasolina ha alcanzado su nivel más alto en once semanas, encadenando cuatro semanas consecutivas de subidas.

Actualmente, el precio medio nacional de un galón de gasolina regular se sitúa en 3,19 dólares, mientras que la premium asciende a 4,12 dólares. Estos precios, aunque ligeramente inferiores a los del año pasado, reflejan la volatilidad del mercado. Como es habitual, existen grandes diferencias por estados, con California registrando el precio más caro (4,61 $) y Misisipi el más económico (2,70 $).

El petróleo, factor clave en el precio final

El precio que pagan los consumidores en la gasolinera se desglosa en cuatro componentes principales: el coste del petróleo crudo, los costes y márgenes de refino, los gastos de distribución y marketing, y los impuestos. El factor más determinante y volátil es el coste del crudo.

El precio del petróleo de referencia en Estados Unidos, el West Texas Intermediate (WTI), cerró la última jornada en 62,46 dólares por barril, lo que supuso un descenso del 2,4% respecto a la semana anterior. Esta fluctuación constante en el precio del crudo es la causa principal de la inestabilidad que afecta tanto a las facturas del gas en los hogares como al coste de llenar el depósito del coche.